viernes, 28 de agosto de 2009

El cura afrancesado de Cantalapiedra


Mucho se ha escrito del papel de los hombres de Iglesia en la lucha durante la invasión napoleónica de la península Ibérica. Hoy os voy a mostrar la otra cara de la moneda, el párroco de Cantalapiedra, José Miguel López, que escribía en los libros de su parroquia "Su Majestad el Emperador de los franceses". Se trata, por supuesto, de un cura afrancesado, que además formaba parte del Ministerio de Asuntos Eclesiásticos del gobierno del rey José Napoleón I en Salamanca. De hecho, el cementerio de su parroquia en Cantalapiedra se convirtió en el último pedazo de tierra española que disfrutaron numerosos soldados franceses, a los que quizá cuidaba en alguna especie de hospital establecido allí, eso no lo puedo asegurar.

Sólo en los meses de junio y julio de 1810 en Cantalapiedra se da sepultura a los siguientes soldados de Napoleón:

Jean-Baptiste Gueroult, sodlado del 22º de Infantería de Línea. Natural de Osesaiveile, Dpto. del Sena Inferior.

François Joseph Prosper, soldado del 66º de Infantería de Línea.

André Condies, granadero del 5º batallón del 66º de Infantería de Línea.

Jean-Baptiste Renom, soldado de la 3ª compañía del 3er batallón del 28º de Infantería de Línea.

François Coignaud, soldado de la 2ª cía, del 2º bon. del 6º de Infantería Ligera.

Joseph Rapello, soldado de la 2ª cía, del 1er bon. de la Legión Hannoveriana.

Jean Bade, brigadier del 20º de Dragones.

Jean Portail, soldado del 20º de Dragones.

Jean Cognau, soldado de la 8ª cía del 20º de Dragones.

François Joseph Lefèbvre, soldado del 26º de Infantería de Línea.

Stéphan Valentine Cena, soldado del 103ª de Infantería de Línea.

Jean Pierre Poncet, soldado, "vino muerto de Salamanca".

Antoine Marechal, soldado, "vino en el convoy de enfermos".

Monsieur Azemar, cirujano del cuartel general de la Armée de Portugal.

El último registro que hace López en los libros de su parroquia data del 25 de marzo de 1813, dos días después de que el rey José Napoleón I trasladara su cuartel general de Madrid a Valladolid. Es casi seguro que el cura de Cantalapiedra terminara uniéndose a la desbandada general de los franceses hacia Vitoria y los Pirineos a finales de mayo de 1813.

Al respecto de los regimientos a los que pertenecían los soldados nombrados puedo deciros que en esos meses:

El 22º de Línea formaba parte de la Brigada Taupin de la 1ª División de 8º Cuerpo de Ejército al mando del general Junot.

El 26º de Línea
formaba parte de la Brigada Simon de la 3ª División de 6º Cuerpo de Ejército al mando del mariscal Ney.

El 28º de Línea
formaba parte de la Brigada Ménard de la 1ª División de 8º Cuerpo de Ejército al mando del general Junot.

El 66º de Línea
formaba parte de la Brigada Ferey de la 3ª División de 6º Cuerpo de Ejército al mando del mariscal Ney.

El 6º de Ligera
formaba parte de la Brigada Maucune de la 1ª División de 6º Cuerpo de Ejército al mando del mariscal Ney.

La Legión Hannoveriana estaba encuadrada junto al 26º de Línea.

El 103º de Línea es el único regimiento que no formaba parte de la Armée de Portugal del mariscal Masséna.

El 20º de Dragones estaba adjunto al estado mayor de la Armée de Portugal.

Por las fechas, teniendo en cuenta que el 6º Cuerpo de Ney abrió la primera paralela frente a Ciudad Rodrigo el 15 de junio de 1810, es muy probable que todos estos soldados resultaran enfermos o heridos durante el sitio de esa fortaleza y que fueran trasladados hasta Cantalapiedra. Pero la pregunta es por qué se hizo tal cosa, teniendo en cuenta que hay unos 150 kilómetros entre esas dos localidades salmantinas. Quizá fuera porque en Cantalapiedra había un cura afrancesado dispuesto a dar sepultura en sagrado a los soldados invasores...

Y esto me lleva a hacer otra pregunta, a ver si alguien puede darnos algún dato al respecto. Una vez me contaron que hace muchos años en la iglesia de Cantalapiedra se podía ver una bandera francesa de la época napoleónica, pero no sé nada más. ¿Alguien vivo la llegó a ver?, si es que existió...

En la imagen botones de uniformes franceses, entre ellos uno del 66º de Línea, regimiento al que pertenecían dos de los soldados enterrados en Cantalapiedra.

4 comentarios:

  1. Cuarenta carros se vieron obligados a enviar en enero de 1810 los habitantes del partido de Fuentesaúco y Fuentelapeña a Salamanca para ser utilizados por los franceses como transporte de enfermos a Cantalapiedra. Por lo tanto no es nada descabellado pensar que en Cantalapiedra existía un hospital de guerra.
    La orden francesa para el envío de los cuarenta carros aludidos decía literalmente así:
    "Ejército de España sesto Cuerpo, Salamanca 2 de Enero de 1810-
    S.E. el Sr. Mariscal Duque de Elchingen manda Srs. que el partido de Fuente Sauco y Fuentelapeña envíe a Salamanca inmediatamente 40 carros para transportar enfermos a Cantalapiedra.- Suplico a W. no pierdan un solo momento para reunir y enviar dichos carros__.- Tengo el honor de saludaros con una perfecta consideración.- El ordenado en Jefe Marchan.-Muy Srs. míos Srs. miembros del Ayuntamiento de Fuente Sauco."

    Esta información la he extraído de un pequeño libro escrito hace muchas décadas por alguien que, sin duda enamorado de su tierra, quiso reflejar en muy pocas páginas la Historia local de Fuentesaúco y demás pueblos del contorno y del que sólo conservo unas hojas casi ilegibles que, desgraciadamente, no me desvelan el nombre de quien lo escribió para poder incluirlo en este comentario. Quizás algún día averigüe el nombre de su autor para incluirlo en un próximo comentario a esta entrada. En ese mismo pequeño libro se reproducía también un documento publicado en el año 1909 por el Ayuntamiento de Aldeanueva de Figueroa que hacía mención a los desmanes de todo tipo cometidos por los soldados de un destacamento francés en tal término y en su pedanía de Lagunas Rubias durante la Guerra de la Independencia, y de cómo algunos vecinos, hartos de tanta humillación, decidieron tomarse cumplida venganza. Es muy curioso porque, siendo un relato tan corto, nos da muchos datos que acompañan a la acción: nombres de los humildes vecinos del pueblo protagonistas de los hechos o lugares muy concretos donde tales hechos se produjeron, con el tétrico espectáculo de la sangre siempre presente en tan concisa narración. Es la intrahistoria, protagonizada por el pueblo llano, a la que aludía acertadamente otro visitante de este blog, Jorge, en la entrada sobre Paul Collings. Puede que, leyendo este comentario,a algún otro visitante de este blog relacionado con esos pueblos referidos le suene el libro al que me refiero y nos pueda facilitar el nombre de su autor.

    José Marcos.

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    1. creo que yo tambien lo tengo y no se donde, pero era sino recuerdo mal el farmaceutico de fuentesauco en 1938. Espero ser de ayuda aunque algo tarde

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  2. Precisamente a esto me refería en la entrada sobre Paul Collings. Magníficos y muy interesantes los datos que nos aportas.

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  3. Hola, soy un vecino de Aldeanueva de Figueroa, y me gustaria saber como puedo informarme sobre los echos ocurridos el 23 de noviembre de 1809 en mi pueblo ya que debido a esos echos se celebra el patrón San Clemente, por aqui se habla de una leyenda pero creo que no tenemos datos escritos, si pudieras hacerme lleguar el manuscrito de que hablais os lo agradeceria ya que este fin de semana celebramo el bicentenario de los echos.

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