Por fin he encontrado en un estante el libro Hazañas de unos Lanceros. Diarios de Julián Sánchez "el Charro", obra de Emilio Becerra de Becerra y publicado por la Diputación de Salamanca en el año 1999. Me he puesto a releerlo, ya he perdido la cuenta de las veces que lo he he hecho. Es tan apologético de Don Julián, de sus acciones contra las tropas napoleónicas... Es todo tan heróico...
Y luego me voy a releer los Documentos Relativos a las Operaciones de la Legión de Castilla que mandaba en 1808 y 1o el Brigadier Don Tomás García Vicente y encuentro montones de testimonios de pueblos salmantinos donde nos cuentan las otras "hazañas" de los Lanceros de Don Julián.
En la imagen podéis ver el testimonio ofrecido por las autoridades de Monleras en favor de la Legión de Castilla de Tomás García Vicente y en contra de los Lanceros de Castilla de Julián Sánchez.
¿Cómo se os queda el cuerpo?
Marcerty ha hecho un buen comentario en la entrada de ayer relacionada con este tema, pero a mí cada vez me cuesta más no perderle el respeto al "Charro". Y cada vez me inclino más a pensar que no es producto de la fantasía lo que el general francés Thiébault nos cuenta en sus Memorias: que Don Julián estuvo a punto de pasarse al bando francés cuando los británico-portugueses se retiraron hacia Lisboa en 1810. De hecho, algunos testimonios contenidos en estos Documentos también hablan de cierta connivencia entre "El Charro" y los franceses. Algo huele a podrido en el campo charro...
Tampoco pienso que sea para perderle el respeto. Si que es cierto que la versión romántica que habíamos tenido de Julián Sánchez, parece que se desmorona teniendo en cuanta estos testimonios. También es cierto que algunos autores que escribieron sobre la guerra hace unos cuantos años escribían su propia versión, un poco "patriotera", por otro lado. Pero no creo que otros guerrilleros se comportaran de forma muy distinta. Al fin y al cabo era una guerra y, como bien dice Macerty, ellos también comían.
ResponderEliminarEn mi opinión hay que verlo desde dos perspectivas: militar y social. Los hombres de Julián Sánchez debieron ser muy buenos militares para estar bajo tutela de Wellington, tan exigente él. Hay informes de oficiales ingleses, durante el sitio de Burgos, donde se propone una regularización de las tropas eliminando a los cuerpos francos, Por los comentarios que hay en el informe no los pueden ver a causa de las tropelías que realizan. Algo tendrían los "Charros" para ser aceptados por los británicos y puestos a otro nivel.
ResponderEliminarPor otro lado todas las partidas de aquel tiempo fueron dañinas para la población civil y quién más quién menos se buscaron las habichuelas para el futuro, a costa de los habitantes de las poblaciones por donde pasaban. En este aspecto, como Miguel demuestra, los hombres de Sánchez no fueron una excepción; pero tuvieron que hacerlo de una forma sutil para salir tan bien parados cara a la historia.
Una vez que Valladolid queda libre, tras la victoria de Arapiles, Julián Sánchez y Marquinez fueron los únicos que obtuvieron uniformes y ciertos regalos de las autoridades vallisoletanas, las demás partidas fueron despachadas con excusas. Tan mal no se debieron portar.