miércoles, 27 de mayo de 2009

La navaja de Napoleón I



En los siglos XVIII y XIX era costumbre entre los fabricantes de cuchillos franceses el elaborar navajas con las cachas adornadas con la efigie de personajes importantes de la época. Por supuesto, una de las navajas más populares fue la del emperador Napoleón I. Pero, con la vuelta de los Borbones al trono de Francia y el exilio de Napoleón a la remota isla de Santa Elena, los antiguos símbolos imperiales quedaron proscritos, y estas navajas comenzaron a dejar de verse, llegando incluso los fabricantes a deshacerse del molde original.

Una vez llegué a ver un ejemplar original que se encontró en el campo de batalla de Waterloo, y yo mismo encontré un buen día la cacha de una de estas piezas.

Hace años, en la reforma de un antiguo taller artesano, se descubrió el molde original, que había sido escondido bajo tierra por un temeroso maestro cuchillero francés. Usando ese mismo molde, los maestros Cognet y Coursolle han resucitado esta preciosa pieza en una edición limitada de 1815 piezas. Entenderéis que el número de piezas fabricadas, 1815, no es casualidad. La mía es la número 723.

Espero que, el que quiera, pueda conseguir la suya, es una auténtica maravilla:

http://www.douk-douk.com/autres/napoleon.htm

En las fotos adjuntas podéis ver el molde original y la pieza resucitada.


3 comentarios:

  1. Pues habra que hechar un vistazo a esa pagina web...aunque el diseño y tamaño de las españolas de esa época si que eran impresionantes.De hecho en muchas de las memorias de los soldados se hacian comentarios a la habilidad que demostraban siempre los españoles en el cuerpo a cuerpo manejando las armas blancas.
    Felipe Castro Conde.Barakaldo.Bizkaia.

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  2. Evidentemente parece una navaja de postín, más válida para ser enseñada y guardada que para ser usada.... me refiero a la original, claro
    Saludos
    Rafa

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  3. En relación al diseño y tamaño de las navajas españolas a las que se refiere Felipe Castro, existe un magnífico ejemplar expuesto en el National Army Museum de Londres. Era propiedad del teniente Mark D'Arcy, del 1er batallón de los Connaught Rangers, que combatió en Arapiles. Este dato lo he recogido de un libro editado por Nicolás Benet y Caja Duero titulado "La Batalla de Salamanca. Los Arapiles, 22 de Julio de 1812", donde se exhibe una fotografía de esa navaja española que nos muestra el esmerado y original diseño de las cachas de su mango, así como la hoja que, terminada en una prolongadísima punta, infunde tanto respeto como la punta de una bayoneta, herramienta militar ésta, dicho sea de paso, tal y como se confesaban en "petit comité" Napoleón y su ministro Talleyrand, que sirve para conseguir de todo, excepto una sola cosa: sentarse en ella.

    José Marcos (Salamanca)

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