El número 3 de la revista ALKAID (http://www.alkaidediciones.com) contiene un artículo mío titulado UN GENERAL DE NAPOLEÓN A LA CAZA DE "EL CHARRO" con ilustraciones de Dionisio Álvarez Cueto y Pavel Alekhin. Os recomiendo de verdad esta revista multitemática que siempre suele dedicar algunas páginas a la época napoleónica. No es de extrañar, puesto que su director científico, Rafael Pardo Almudí, es un buen conocedor de la misma y un apasionado de los juegos de batallas napoleónicas (http://www.rafaelpardoalmudi.com).
En la ilustración, obra de Dionisio Álvarez Cueto, vemos al general Paul Thiébault y a Madame Junot frente a la fachada de la Universidad de Salamanca.
Y ahora os dejo con las primeras líneas del artículo
Hice aquel viaje guiado por un ingenuo deseo de encontrar respuestas a preguntas sobre un pasado ya lejano, aunque no se trataba de que hubiera sentido la llamada de los muertos; mi ingenuidad no llegaba a tal extremo… En aquel momento, en el cementerio Père Lachaise de París, sentía más que nunca que todo era producto del destino, el apasionamiento y las casualidades, que habían terminado componiendo una especie de canto de sirenas que me había atraído hasta el centro del mundo napoleónico. Apenas unos días antes había estado en la Plaza Herrasti de Ciudad Rodrigo. Allí, frente al mausoleo del brigadier Julián Sánchez, también conocido como «El Charro», mirando fijamente a la escultura que representa al valeroso jinete, me había sentido muchas veces tentado de preguntarle a la piedra inerte si todo aquello que contaba el general Paul Thiébault en sus Mémoires era verdad. ¿Había estado Don Julián, el héroe español de la Guerra de la Independencia, a punto de pasarse al bando enemigo?...
Además de los de Thiébault, yacen en ese cementerio los restos mortales de otros célebres militares napoleónicos que pasearon sus galones con mayor o menor fortuna por la provincia de Salamanca, tal es el caso del mariscal Massena o el general Foy. Quizás ellos, de poder levantar la cabeza, arrojarían luz sobre las aseveraciones de Thiébault con respecto a Don Julian Sánchez, y si no van a levantarla va a ser más bien porque, de harcerlo, se toparían horrorizados en dicho campo santo con la visión de la tumba del ínclito Manuel Godoy, aquel "Príncipe de la Paz" que, queriendo repartirse Portugal con Napoleón, contribuyó a llevar a España al abismo. Solamente me explico que Godoy esté enterrado en un cementerio tan ilustre debido al sentido práctico de los franceses, quienes no habrán tenido ningún escrúpulo al reconocer los beneficios para la "grandeur de la France" que, indirectamente, les proporcionaron los deméritos de Godoy al servicio de España. Desde mi modesto punto de vista, pienso que las palabras de Thiébault con respecto a "El Charro" quedan desmentidas por los hechos, es decir, por la impresionante y larguísima carrera guerrillero-militar del héroe salmantino, y más teniendo en cuenta la sed de venganza que Don Julián seguro que acumulaba después de las afrentas que contra su familia y su hacienda perpetraron los franceses desde el principio de la ocupación.
ResponderEliminarJosé Marcos (Salamanca)
Gracias José, un valioso comentario el tuyo que enriquece el Blog. Thiébault mintió en muchas cosas que cuenta en sus Memorias, por ejemplo en su versión sobre como abandonó el campo de batalla de Austerlitz tras ser herido. No hay más que leer lo que dice el cirujano Larrey a ese respecto, no deja a Thiébault como un héroe precisamente.
ResponderEliminarPuede que también se inventara lo de "El Charro" aunque al mismo tiempo pienso que Don Julián y todo lo que le rodeó es mucho más complicado que la versión tradicional de héroe charro. Nos queda mucho por saber sobre este personaje y sus acciones en tiempo de guerra.
Me da la impresión de que "las afrentas que contra su familia y su hacienda perpetraron los franceses desde el principio de la ocupación" es un puro cuento. Don Julián se alistó a las primeras de cambio y entonces aún no estaba Salamanca bajo el yugo francés, asi que eso de que se alistó por las afrentas y demás parece una afirmación muy débil.
ResponderEliminarDon Julián, don Julián, ....¡no es oro todo lo que reluce! Es posible que todo lo que dice Thiebault no sea cierto, pero cuando el rio suena ..... ¡Y además está lo que cuenta don Tomás García Vicente!