El rey José Napoleón I.
12 de enero: persiguiendo al Ejército Español de Cataluña (al mando del cual el general Enrique O'Donnell había reemplazado al general Blake), la vanguardia del VII Cuerpo de Ejército francés, al mando del general Joseph Souham, fue rechazada en el paso de Col de Suspina.
13 de enero: Cádiz fue designada como el lugar de reunión de las nuevas Cortes nacionales.
16 de enero: los franceses pusieron sitio a la ciudad de Hostalrich, a medio camino entre Gerona y Barcelona, cuyo gobernador era el coronel Juliano Estrada.
20-21 de enero: iniciando la ofensiva contra Andalucía, los generales Mortier y Sébastiani, del ejército del rey José, forzaron las posiciones españolas en Puerto del Rey y en otros puntos y capturaron una división española en Arquillos, acción que se conoce también como de Sierra Morena.
21-22 de enero: un destacamento de la guarnición francesa de Barcelona al mando del coronel Guétry fue interceptado cerca de Granollers por una fuerza al mando del Marqués de Campo Verde y perteneciente al Ejército Español de Cataluña del general O'Donnell.
23 de enero: el general francés Sébastiani derrotó al general español Areizaga en Jaén; Areizaga fue relevado en el mando por Blake. Ante el inminente avance francés hacia Sevilla, la Junta Central de dispersó.
28 de enero: Sébastiani aplastó a algunos de los supervivientes de Areizaga y de la caballería de Freire del Ejército de Andalucía en Alcalá la Real.
29 de enero: la Junta Central cedió su autoridad en Cádiz y nombró a la Regencia como su sucesora y representante del legítimo gobierno de España.
31 de enero: Sevilla se rindió al Rey José, que comienza así un viaje triunfal por Andalucía.
EN SALAMANCA:
El día 4 de enero fue un francés a buscar a otro, que estaba alojado en el tejar de San Bernardo, vió la casa cerrada y que no había nadie en ella, se asomó a una reja baja (de dos que tenía la casa) por saber que en ella tenía el compañero la cama, lo vió en ella, le llamó y no respondiendo dio parte a los jefes, cayeron la puerta y lo hallaron muerto con muchas heridas; el amo de la casa, una sobrina, dos criados y una chica escaparon por lo que no se se supo quién fue el matador ni por qué, la mujer del amo estaba divorciada y así no estaba con él, con todo la prendieron; la casa la mandó derribar el Consejo de Guerra.
El día 7 de enero pusieron piquetes en todos los conventos de monjas y las hicieron saber que, si dentro de tres día no daban el dinero que las pedían (que era mucho), las echarían fuera; en efecto, el día 11 llevaron a las Agustinas con guardias a las Carmelitas.
El día 9 del mismo mes citaron a todos los eclesiásticos para que estuviesesn a las 12 del día en casa del mariscal Ney; para esto, la noche antes a las nueve pasaron oficios a los párrocos a fin de que pusiseses listas de los que cada uno tuviese en su parroquia, con el nombre del vecino en cuya casa estaba. Presentados que fueron al señor mariscal, los mandó ir con guardia a la librería de la Universidad, allí quedaron presos; a boca de noche soltaron unos ventitantos y los demás les dijeron que iban presos a Valladolid. El 11 por la noche soltaron a bastantes y el 12 salieron para Valladolid como unos ciento, sobre poco más o menos, porque unos se escaparon desde la prisión y otros no se presentaron en ella; como llevaron algunos párrocos, nombraron de los que soltaron para el servicio de las parroquias.
Soltaron y llevaron de toda clase, de Cabildo, de Universidad, de Clerecía, frailes capellanes, colegiales militares, y, en fin, hasta legos de los conventos y ordenados de pistola y evangelio. A las monjas carmelitas no las pusieron guardias, fueron las únicas.
El día 19 de enero sola una misa hubo en Salamanca; también hubo toda clase de clérigos, escapados y no presentados. El día 20 de enero mudaron las monjas de Santa Ana a las Úrsulas porque iban a a derribar el convento; y en este tiempo llevaban derribadas unas veinte casas; el mudar las mojas agustinas más fue un odio particular hacia éstas que no otra cosa.
El día 30 de enero publicaron los franceses que S.M. había llegado a Andújar y el siguiente día 31 quitaron las guardias a las monjas y permitieron venir a los curas, enviándoles a Valladolid el levantamiento del destierro. Por entonces estaban tapiando la puerta de Toro y la de Santo Tomás.
El día 31 de enero volvieron a meter en su convento a las monjas agustinas; también tapiaron en este tiempo la puerta de los Milagros.