Tomás García Vicente, natural de Masueco (Salamanca), nacido el 21 de diciembre de 1779, fue uno de los muchos civiles que se enfrentaron a las tropas francesas durante el levantamiento del Dos de Mayo de 1808 en Madrid, ciudad donde nuestro protagonista llevaba un tiempo afincado como comerciante junto a sus dos hermanas. Apenas se declaró la guerra contra las tropas napoleónicas, Tomás se echó a los campos para reclutar tercios y partidas con la firme determinación de luchar sin cuartel contra la soldadesca invasora. Es Tomás un charro menos famoso que "El Charro" pero su historia no es, en absoluto, menos fascinante.
El caso de Tomás García Vicente lo iniciaron las profesoras Consuelo Hernández Estévez y Delfina Álvarez Cenizo, ambas naturales de Masueco, cuando se encontraban investigando la historia de los centros educativos de su pueblo y de algunos más de la comarca. En un momento dado las profesoras dieron con la primera escuela de primaria creada oficialmente por el Ministerio en el año 1834, ya que antes estaban sostenidas por el municipio, descubriendo, además, que en ese mismo año se había creado la primera Junta Local de Primera Enseñanza . De esa Junta formaba parte un tal Brigadier Tomás García Vicente, así que preguntaron a personas del pueblo que por sus apellidos pudieran ser descendientes del personaje. Hubo suerte, todavía quedaban descendientes del Brigadier, y sabían que éste había sido un hombre valiente que había luchado contra los franceses durante la Guerra de la Independencia. Fue José Mesonero Velasco, en la Web www.masueco.com, quien profundizó en la historia de tal insigne personaje de Masueco.
El Archivo Militar de Segovia y la base de datos de unidades participantes en la Guerra de la Independencia del coronel Sañudo han hecho el resto:
EXPEDIENTE DEL BRIGADIER TOMÁS GARCIA VICENTE (según el Archivo Militar de Segovia)
Siendo paisano el día 2 de mayo de 1808, fue de los primeros que se presentaron en la puerta del Sol de Madrid a la sublevación contra el tirano Napoleón. Después de este día, sacó de la corte y de la guarnición española, que esta tenía bastante numero de hombres de Guardia española, walones, voluntarios de Aragón y Suizos, asistiéndolos con algún dinero y ropa, hasta llegar a las primeras provincias extendiéndolas por ellas y contribuyendo en parte al levantamiento general de la Nación. Después enganchó como unos 30 ó 40 Italianos del ejército enemigo, los vistió de paisanos y socorrió con algún dinero sacándoles disfrazados de la corte y enviándolos a las provincias, para cuyo fin los mantuvo ocultos en la referida corte hasta que verificó su sumisión. Siendo declarado por un soldado italiano que trató de enganchar, tuvo que fugarse a las Andalucías por hallarse su país ocupado por los enemigos y al paso por el puerto de Santa María en marzo de 1.809, fue preso, y ya en vísperas de morir en un cadalso, fue puesto en libertad y a pesar de hallarse entonces proscrito por los enemigos quienes ofrecieron permiso a quien le descubriera o presentara, volvió a Madrid a fines de diciembre del mismo año con 16.000 duros en géneros que recogió en Cádiz del comercio y con ellos estuvo reclutando soldados dentro de la corte hasta el mes de abril de 1.810, pagando una peseta diaria a cada soldado conduciéndolos a Huete y Cuenca en pequeñas partidas para unirse al ejercito.
Sacó del Retiro un número de prisioneros de los hechos en la batalla de Ocaña sobornándoles al efecto las guardias francesas de su partido, ofreciéndoles y socorriéndoles, les envió también a Cuenca. Fue inducido por el Conde de Cabreras a que se hiciera de su partido, ofreciéndole su privilegio de introducir en la Corte genios ingleses y coloniales y el empleo que eligiesen cuyas propuestas despreció enérgicamente. Habiendo sido delatado a las autoridades enemigas, fue preso la noche del 21 del referido mes de abril y puesto en una guardia enemiga y conociendo su próxima muerte en un patíbulo, resolvió fugarse a toda costa lo que verificó y consiguió sin a menor lesión a cuyo efecto atropelló a un centinela de la referida guardia e hirió a algunos soldados de cuyas resultas prendieron a varios sujetos, y a dos hermanas suyas; se dirigió a Cuenca, donde llegó a principios de mayo.
Se presentó al general Vassecout, quien le envió preso a la ciudad de Murcia, y de esta a la villa de Elche en la que se hallaba el general Freire que mandaba el ejercito del Centro a quien fue presentado el 10 o el 11 de junio, quien noticioso de sus buenos servicios por otros individuos que servían en aquel ejército que también había rescatado del retiro de Madrid, le puso en libertad. Pasó a Cádiz con el designio de que el Gobierno le autorizara para pasar a Castilla (su patria) a alarmarla nuevamente a cuyos efectos presentó una solicitud a nombre de las Justicias de dicha provincia en que pedía al gobierno le nombrara Comandante general de ella para el mejor servicio de Su Majestad y para alarmar a la juventud atendiendo que solo el concepto que tenía en aquel país, pedirá hacerles tomar las armas; pero el Gobierno no tuvo por conveniente en acceder a su solicitud. Justo de nuevo, y a pesar del peligro en que se hallaba la Castilla por la invasión enemiga, le fue denegado por segunda vez.
En septiembre de 1.810, pasó a Salamanca y su provincia que halló ocupada por los enemigos en época en que estos hacían alistamiento de mozos para la formación de varios cuerpos al servicio de Napoleón y que obligados a obedecer por no tener quien socorriera su posición, se encontraban aquellos habitantes en la mayor desesperación, ya por estos acontecimientos, y por los desordenes que consentían en el país algunos de nuestros guerrilleros. En este estado y a costa de algunos sacrificios, valiéndose de todos los arbitrios susceptibles, reunió los primeros veinte hombres. En diciembre quitó a los enemigos una vacada que llevaban del Barco de Ávila a Salamanca, la que devolvió a sus respectivos dueños. El 8 de enero de 1.810, atacó a los enemigos en la villa de Frades y se apoderó de todos los comestibles que devolvió a todos los pueblos de donde los habían sacado, logrando también encerrarles en la Iglesia, en donde los mantuvo, hasta que aquellos obtuvieron socorro de Salamanca, por lo que tuvo que retirarse. El 10 volvió a atacar al referido refuerzo en el camino de Frades a Cilleros con fuerzas inferiores que al efecto tenía apartadas, hirió a algunos y los persiguió hasta el lugar de La Sierpe.
Al día siguiente trataron los enemigos de saquear al referido pueblo y para impedirlo, atacó al subcitado pueblo logrando desalojarlos y obligándolos a encerrase en Frades. El día 12, habiéndose reunido algunos de los que tenían ya alistados las fuerzas en Salamanca con armamento y vestuario, interceptó varias ordenes que aquellos habían circulado a los pueblos y que algunos de estos ya tenían cumplimentadas reducidas a que se aprontasen todos lo carros y caballerías del país para conducir un gran convoy desde la villa de Matilla al ejercito de Masséna que sitiaba a Lisboa y los días 13 y 14 habiéndose apostado en varias de de dichas puertas, interceptó gran parte de los referidos carros y caballerías que iban a la citada Castilla haciéndoles volver a sus pueblos y obligando a sus dueños a que los ocultaran en los montes. Este servicio fue muy importante en aquella época. En lo restante del mes de enero, quitó al enemigo en las inmediaciones de Bejar una porción de vacas del vizconde de Rascón las que devolvió a su dueño y posteriormente aprehendió en san Pedro de Rozados una porción de galleta que los enemigos concedieron a Ciudad Rodrigo. En febrero cogió un número de municiones que marchaban con dirección a dicha plaza.
El 3 hizo prisioneros a un corto número de enemigos en el camino de Frades y desde este día al 10 de marzo, tuvo diferentes encuentros con los enemigos el día Jueves Santo del año 11, a las inmediaciones de Sanchón, atacó a una división enemiga del ejército de Massena, la que ejecutó con buen éxito logrando dispersarles y hacerles algunos prisioneros, quedando igualmente en su poder algunas mulas de su artillería, algunas riquezas y una porción de cabezas de ganado lanar, sin haber sufrido nada su partida.
El 2 de julio atacó el arrabal de los Cabañales de Zamora. El 22 de llegó hasta la puerta de la expresada plaza y habiendo hecho su guarnición una salida con fuerzas superiores, tuvo que retirarse y a pesar de haber sido perseguido por el enemigo, lo ejercitó con buen orden, sin perder su parte y posteriormente se vieron los enemigos obligados a retirarse.
El 16 de agosto atacó la guarnición enemiga de Almendra, la que se rindió. Se halló guarneciendo el puente de Carvajales, el que defendió de las tentativas del enemigo.
En 8 de septiembre, trató de sorprender a Zamora por el arrabal de san Lázaro, teniendo para el efecto contratado con unos artilleros catalanes que estaban al servicio del enemigo, pero habiendo sido descubierto, no pudo verificarse de cuyos resultados experimentó en su retirada un vivo fuego de plaza.
El 16 de octubre con una parte de fuerza de su partido, atacó a sus superiores enemigas que estaban atrincheradas a la entrada del pueblo de Manganesas de Lampreada obligándolas a abandonar sus atrincheramientos y encerrarse en la Iglesia, cuyo atrio tenía fortificado logrando después de algún fuego, que pusieran bandera de parlamento, la que no llegó a verificarse porque hallándose ya que para entregarse a disercción, recibieron un refuerzo que le obligó a retirarse, contándoles entre las perdidas que tuvieron los franceses a su comandante muerto; también se apoderó de todos los comestibles que tenían reunidos, los que devolvió a los pueblos.
En esta jornada rescató una porción de españoles que llevaban presos los franceses. La Legión que mandó este Brigadier, tuvo una regular fuerza de Infantería y Caballería como de setecientos hombres en todo, la que creó, organizó y disciplinó de un modo recomendable, y permaneció en ella hasta que fue disuelta por disposición general España en últimos de año 11. Pasó a Cádiz a solicitar destino, lo que el gobierno no tuvo a bien por entonces concederle; permaneció a la inmediación del referido gobierno hasta que este pasó a Madrid a donde le siguió.
Al regreso de Su Majestad de Francia tuvo a bien, en atención a sus servicios aprobarle sus empleos y lo destinó en su clase de cuartel a la Provincia de castilla la Vieja, donde permanece. Posteriormente a 1.815 desempeñó la presidencia de la Junta de revisión de quintos del partido de Ledesma, según expresa en su relación de vicisitudes fecha 28 de noviembre de 1.846.= El Consejero don Gabriel de Mendizábal habiendo examinado los documentos que presentó el Brigadier don Tomas garcía Vicente y presentados para su aprobación al Supremo Consejo, resolvió dicho Tribunal nombrar una comisión de dos Señores Ministros que expusieran su dictamen, con el cual se ha conformado el mismo Consejo en sesión de 26 de febrero último, y en su consecuencia se formó por la comisión la antecedente hoja que en un todo se halla arreglada a lo resuelto por dicho tribunal. Madrid 30 de marzo de 1.818 = Gabriel de Mendizábal = Consejo de Gobierno de 1 de abril de 1.818 = Vista y aprobada en la sesión de este día = Jorge María de la Torre.
El ministro de este Supremo Tribunal don francisco de Arteaga y Palafox habiendo examinado la antecedente hoja de servicios se halla conforme y arreglada a los documentos que ha presentado el Brigadier de Caballería don Tomás García Vicente, sin embargo el Tribunal resolverá lo que estima por conveniente. Madrid 17 de junio de 1.847 = Aprobado = Francisco de Arteaga y Palafox. Sala de S S Generales de 18 de junio de 1.847 = Aprobado Juan José Martínez. Don Antonio Cabaleiros, Brigadier de Infantería, condecorado con varias cruces de distinción por acciones de guerra, caballero de las Reales y militares ordenes de San Fernando y San Hermenegildo, con placas en estas dos veces, declarado benemérito de la patria, del Consejo de Su Majestad, su Secretario con ejercicio de decretos Ministro honorario y secretario del tribunal Supremo de Guerra y Marina.
CERTIFICO: que la hoja de servicio que antecede, es copia a la letra de la original que existe en la Secretaría de mi cargo; y para que conste a donde convenga, firmo la presente en Madrid a treinta y uno de enero de mil ochocientos cincuenta y uno. Antonio Cabaleiro.
LA LEGIÓN DE HONOR DE CASTILLA (según la base de datos del coronel Sañudo)
La 1ª Legión de Honor de Castilla al mando del comandante Tomás García Vicente estaba formada por cuatro compañías de infantería con cuatrocientos hombres y por tres escuadrones de caballería con trescientos jinetes. En diciembre de 1810, en la villa salmantina de Lumbrales, donde residía el general Carlos España, comandante de la división española del ejército aliado al mando del duque de Wellington, decide que las tropas del comandante García se integren en el 2º regimiento de Lanceros de Castilla, al mando de Don Julián Sánchez "el Charro", y, por tanto, se disuelve la Legión de Honor de Castilla. Don Tomás se negó a integrarse en la fuerza comandada por Don Julián, y sería muy interesante conocer sus razones. Al año siguiente, 1811, dicha Legión vuelve a resurgir, pero ésta vez comandada por el coronel Don Pablo Mier. Las principales acciones militares que se conocen de esta unidad fueron llevadas a cabo en Almendra (Salamanca), Pedrezuela (Madrid), Manganeses de la Lampreana (Zamora). El 15 de septiembre de 1811 la 2ª Legión de Castilla se refundió con los Cazadores de Galicia en El Bierzo.