El número 40 de la revista PATRIMONIO, publicada por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, contiene un artículo dedicado al Sitio Histórico de Los Arapiles firmado por Zoa Escudero Navarro, arqueóloga de la Fundación.
De este artículo destaco el siguiente fragmento:
"Y además, en Arapiles, sí quedan vestigios de la contienda de esos que se pueden tocar con las manos y que nos acercan una realidad más prosaica: botones de uniforme, insignias, proyectiles, monedas, medallas, algunos huesos de los infelices caídos y abandonados... "menudencias de la guerra" que recogen curiosos y coleccionistas menos inocentes. Son igualmente partes del monumento, algo de lo que no debería ser despojado. Pero eso es harina de otro costal."
Pues nada, a ver si metemos de una vez la mano en esa harina y recuperamos para su exposición pública y permanente la arqueología de la Guerra de la Independencia de la que se ha despojado a este campo de batalla, al de Medina de Rioseco y a los campamentos franceses y aliados levantados entre Valdestillas y Toro y que lleva tiempo vendiéndose en eBay o los domingos en la Plaza Mayor de Madrid. Arqueología que algunos han comprado enfermos de una ridícula fiebre coleccionista o para hacer negocio, pero que otros, viendo la inanidad de la administración, han adquirido a costa del patrimonio particular para poder conservar el patrimonio común en el lugar al que pertenece.
Me gusta su estilo, Sra o Srta Escudero Valdés, así que quedo a su entera disposición con la esperanza de que el Sitio Histórico de Los Arapiles cuente en un futuro próximo con el museo y la exposición permanente que merece. Yo estoy dispuesto a embadurnarme de harina y meter las manos en la masa. Luego ya vendrá el horno, el crematorio, claro.
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