sábado, 19 de septiembre de 2009

Un 19 de septiembre de 2009 en el Sitio Histórico de Los Arapiles


Hacía tiempo que no pasaba un día tan agradable entre amigos. Ha funcionado como un verdadero bálsamo en estos tiempos en los que me toca ver muy de cerca la enfermedad y la falta de esperanza. Gracias por haber acudido a mi llamada para compartir un día entero pateando el campo de batalla de Los Arapiles.

Han venido:

Tomás Hijo, con el que en su día tuve el inmenso placer de compartir la creación de los Cuentos de Salamanca en tiempos de Napoleón. Buen compañero en el trabajo y mejor amigo.

José Marcos, una de esas personas entrañables que a los diez minutos de estar con él te hacen sentir que es un amigo de toda la vida. Por no hablar de sus vastísimos conocimientos sobre la batalla de Los Arapiles y sobre la Guerra de la Independencia en general. La próxima vez que alguien me diga esa tontería de que soy el mayor experto en la Batalla creo que me va a dar la risa.

Jorge Pizarro, amigo desde hace ya algunos años, con el que ya había hecho excursiones napoleónicas en el pasado y que me ha echado una mano en varias ocasiones con el tema de los expedientes y hojas de servicio del Archivo Militar de Segovia.

José Montes, un amigo de hoy mismo que ya lleva tiempo recorriendo lugares relacionados con la Guerra de la Independencia. Le faltaba Arapiles, y creo que ha aprovechado y disfrutado la ocasión a más no poder.

Miguel Ángel García, ya sabéis, el autor de 1812 Wellington en Valladolid y responsable del blog http://1808-1814escenarios.blogspot.com/ Este ya es amigo en calidad de veterano, aparte de experto rastreador en campos de batalla y archivos.

Para empezar la jornada José Montes ha tenido el detallazo de regalarnos a cada uno una reproducción de un mapa de la península Ibérica en 1812, obra del cartógrafo francés J. B. Poirson. Gracias, Pepe.

La visita la iniciamos por las alturas de la ermita de Nuestra Señora de la Peña, en el término municipal de Calvarrasa de Arriba. Miguel Ángel García nos hizo un brillante resumen del contenido de su libro, que da cuenta de los días de campaña previos a la jornada de la Batalla de Los Arapiles, y luego tomó un servidor la palabra para hablar de cómo se desarrollaron esas primeras horas del 22 de julio de 1812 y de las escaramuzas que se produjeron en ese lugar. Estuvo muy bien desde el principio, porque hoy no ha sido uno de esos días en los que hablo yo solo, ya que durante toda la jornada he tenido la oportunidad de escuchar y aprender gracias a los comentarios y exposiciones de los compañeros de excursión.

Luego hemos cogido los coches para ir hasta el pueblo de Arapiles. Allí hemos iniciado una caminata que nos ha llevado al Teso de San Miguel, Arapil Chico y Arapil Grande. La batalla la hemos explicado entre todos desde el Teso de San Miguel, una atalaya ideal para este menester. En el recorrido hemos recordado especialmente los episodios de la defensa por parte del coronel británico Bingham de la bandera de su batallón (2/53º) y el del ataque de la brigada portuguesa de Pack al Arapil Grande. De hecho, hemos seguido los pasos de esos pobres soldados lusos que terminaron masacrados en la cornisa rocosa de la cara norte del Arapil Grande.

Una vez de vuelta a Arapiles siguiendo el camino del Arapil Grande hemos cogido los coches para irnos a comer al Mesón de Los Arapiles, en el cruce con la carretera de Cáceres. El menú, un clásico, de esos que no fallan: ensalada de pimientos del piquillo, ensalada de puerros y ensalada de ahumados para empezar y compartir y, de segundo, pues cuatro chuletones frente a dos solomillos. El postre, el mismo para todos, el que yo pido siempre: nata helada con nueces y trufas.

Dulce ha sido el postre pero más dulces han sido los datos que nos ha ofrecido José Marcos y de los que daremos cuenta en este Blog en los próximos días: un cuadro que no conocíamos dedicado a la carga de caballería de Garcihernández, un relato de lo acontecido en el pueblo de Aldeanueva de Figueroa en noviembre de 1809 y unos misteriosos impactos de proyectil de fusil de avancarga en una de las paredes de la iglesia de San Benito en Salamanca.

La sobremesa la hemos hecho en el Aula de Interpretación, donde hemos visto el video y admirado el diorama.

Fue Miguel Ángel García el que dijo que no podíamos dejar de ir al Sierro, el lugar donde los franceses establecieron su última defensa. La última vez que Miguel Ángel vino por aquí le llevé precisamente a ese paraje y creo que llevaba soñando desde entonces con volver a encaramarse a ese magnífico mirador del campo de batalla. Juraría que todos han sentido algo especial en esa loma que da entrada al bello encinar que se extiende hacia el sur y por el que se retiraron los soldados franceses derrotados. No estábamos todavía por la labor de irnos a casa, así que pensé que podía ser una buena idea adentrarse en la arboleda y enseñarle a mis amigos uno de mis sitios secretos: un paraje donde estoy seguro que dieron con sus huesos la noche de la batalla un buen número de soldados agotados, sedientos y heridos.

Vuelta a casa a eso de las siete de la tarde. No está mal, considerando que empezamos la visita a eso de las diez menos cuarto de la mañana. Espero que todo el mundo haya llegado bien a casa, que me mandéis alguna foto para ilustrar esta entrada y que repitamos una jornada como ésta en Ciudad Rodrigo, Tamames o entre el Tormes y el Duero...

6 comentarios:

  1. Si el día ha sido grande, no os digo ya la noche. He estado soñando la película de la batalla de principio a fin. ¡Qué suerte se puede llegar a tener! Lo más bonito, la carga de los de Pack y la cámara aérea cubriendo el avance de las divisiones. Por no hablar de la escena inicial, la de charros e irlandeses cantando y bailando junto a las hogueras.

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  2. Envidia me dáis.... ¿Publicaréis las fotos?
    Un abrazo
    Rafa

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  3. Ha sido un auténtico placer conoceros a todos los que no os conocía, el mismo que volver a coincidir con Miguel Ángel.
    Lo que hemos hecho es lo más parecido a vivir la batalla, hemos recorrido punto por punto los lugares clave de la batalla, con magníficas explicaciones, en fin, que lo hemos pasade realmente bien.

    A ver cuando repetimos.

    Saludos.

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  4. Bueno pues tras el éxito ya sabeís: tenemos que preparar otra excursión pronto. Propongo la Ribera del Duero.

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  5. Una excursión de lo más enriquecedor. Primero, por haber tenido el privilegio de escuchar in situ el relato de la batalla en boca de quien atesora enormes conocimientos sobre ella. Segundo, por haber disfrutado de sensaciones emocionales muy gratificantes en parajes especiales, como aquel lugar preferido y secreto de Miguel Ángel Martín (prometo no desvelarlo jamás a nadie ajeno a nosotros)donde, entre otras cosas, guardamos silencio para escuchar el pálpito estremecedor y a la vez mágico del campo. Y tercera, y más importante, por haber experimentado todo esto en compañía de verdaderos entusiastas del mundillo napoleónico, de todos y cada uno de los cuales he aprendido cosas nuevas en esta excursión. Todo un viaje en el tiempo.

    Un saludo para todos.

    José Marcos.

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  6. Este pasado jueves 4 de octubre de 2012 tuve la suerte de visitar el campo de batalla de Arapiles empezando por el Aula de Interpretación. Después de haber visitado la mayoría de los principales campos de batalla de la guerra de la Independencia en la Península, sin duda este es el modelo de lo que debería hacerse en todos ellos. Un ejemplo de señalización clara y sin afectar al paisaje; una preciosidad de ilustraciones las del pobre Dionisio, leonés como yo. Un diorama fabuloso que figuraría entre los mejores que se han hecho para representar una batalla. Casi lo único que se echa en falta es disponer de un poco más de información en los folletos de la ruta, aunque puede uno acudir con su propia "guía" de casa. Mi más sincera enhorabuena y felicitaciones Miguel Ángel por tu brillante trabajo, por este blog sensacional y por todo tu trabajo relativo a la guerra. Dos de mis antepasados combatieron en el regimiento de Voluntarios de León, sí el que recrea Arsenio, y llevo muchos años estudiando el tema. Por ello te agradezco tu ingente labor y la de todos los que colaboraron en Arapiles.
    Un fuerte abarazo
    José Magín González Laiz
    maginus71@hotmail.com

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